El propósito de las bases de datos surge con la necesidad de registrar y almacenar datos. Por muchos años la mejor forma de hacer esto consistía en un archivo de documentos en papel, pero pronto esto se volvió ineficiente, pues lo siguiente después de guardar datos es poderlos consultar fácilmente.

Ya no valen las medias tintas. Estamos metidos de lleno en la era de la tecnología y todos los sectores están afectados por la ola digital. Desde el mundo de los deportes con el famoso ojo de halcón del tenis o las retransmisiones de televisión en 3D, hasta la literatura y la pintura gracias a los eBooks y a exposiciones virtuales. Evidentemente el mundo del marketing y el comercio no se iba a quedar fuera de este jugoso mercado.

El big data hace referencia a un conjunto de datos de especial complejidad por su mayor variedad, su gran volumen y la velocidad de su obtención.

La dirección IP de un dispositivo lo hace fácilmente rastreable. Al conectarse a una VPN, la dirección IP se enmascara. Las VPN pueden compararse a túneles entre dos dispositivos que permiten el acceso a páginas web de manera privada. El tráfico en internet parece venir del servidor de la VPN y no del dispositivo que se está usando.

La ciencia de datos es la agrupación y ordenamiento de datos desde distintas fuentes para, luego, realizar su edición en formas más entendibles. Esto con el fin de contar una ‘historia’ con los datos para que pueda ser entendida por todos y de beneficio para determinado objetivos.