La ética empresarial es un tipo de ética profesional que analiza los principios éticos y morales en el ámbito de los negocios, comprendiendo todos los aspectos de la conducta de dichos negocios, y sabiendo la relevancia que poseen tanto a nivel individual como colectivo dentro de la organización.
Es decir, la ética empresarial se encarga de las normas que rigen el funcionamiento de la organización, tanto en las relaciones de los distintos miembros entre sí, como en la de la organización con su entorno.
Uno de los principales motivos para implantar un sistema de valores éticos en la empresa es la de que nos sirva de guía en la vida cotidiana de la compañía.
Esto es, con la aplicación de un código ético todos los miembros de la organización sabrán cómo comportarse en cada momento, y las consecuencias de transgredir las normas de la misma.
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Además, también sirve para que la misma organización conozca cómo interactuar con su entorno, de cara a obtener sus objetivos fundacionales, además de poder analizar en cada situación si está actuando tal y como se marcó al fundarse.
Hay que tener en cuenta que, para una correcta evolución de la ética empresarial, es necesario el mantener una armonía desde los diferentes componentes de los principios éticos de cada participante en su interior; por lo tanto, el éxito de la ética organizacional depende en gran medida de la ética social, profesional e individual de cada sujeto. De igual modo la ética debe ser algo total, va desde los directivos, hasta finalizar en cada uno de los empleados. En sí, el cumplimiento debe ser de todos.
Puntos clave para una buena ética empresarial
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Profesionalismo: Ser profesional lo incluye todo, desde cómo te vistes y presentas ante los demás, hasta la forma en que tratas a la gente. El profesionalismo es un concepto amplio, que engloba las ideas mencionadas en los puntos siguientes.
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Respeto: Aunque te encuentres bajo presión, no pierdas la gracia: sin importar qué tan cercano esté el plazo de entrega o qué tan calientes estén los ánimos, siempre mantente calmado y diplomático. Ya sea que estés tratando con un cliente, en una reunión con un colaborador o con compañeros de trabajo, haz lo posible por respetar las opiniones de todos.
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Fiabilidad: Cumple siempre tu palabra. Llega a las citas a tiempo y preparado, y entrega tu trabajo en tiempo y forma. Haz que tu reputación como alguien fiable te preceda; demuestra a tus clientes, consumidores y colegas que pueden confiar en que harás lo que comprometiste. En un entorno de incertidumbre, tus clientes, colegas y socios apreciarán la estabilidad que representas.
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Dedicación: No te detengas hasta que termines tu trabajo y hasta que lo hagas correctamente. Que bien no sea suficiente para ti y tu equipo. Haz que tu objetivo sea sobresalir en todo lo que haces, sin importar que para ello tengas que trabajar horas extra y prestar atención al detalle más ínfimo. Conságrate a la excelencia. Tu pasión se reflejará en tus resultados.
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Determinación: No dejes que los obstáculos te detengan; abraza los retos con entusiasmo, como un montañista que asciende cada vez más hasta alcanzar su meta. Tu trabajo como emprendedor es resolver los problemas de tus clientes, por lo que debes buscar hacerlo de maneras cada vez más innovadoras. Sigue adelante con propósito y resiliencia, sin importar qué tan lejos debas ir.
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Rendición de cuentas: Hazte responsable de tus acciones y de tus resultados; evita poner excusas cuando las cosas no salgan conforme a lo planeado. Admite tus errores y úsalos como experiencias de aprendizaje para no caer en lo mismo otra vez. Asimismo, espera que tus empleados cumplan con las mismas expectativas; apoya a quienes aceptan su responsabilidad en lugar de culpar a los demás.
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Humildad: Reconoce las contribuciones de todos, dales crédito por sus logros, muestra gratitud con los colegas que trabajen duro y aprecia a tus clientes leales. Mantente abierto a aprender de los demás, incluso aunque seas ejemplo a seguir para muchos. Y, aunque te tomes tu trabajo muy en serio, conserva un buen sentido del humor, aprende a reírte de ti mismo.
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