Obligarte a ser demasiado productivo/a es en realidad contraproducente. Si te pones unas metas diarias poco realistas y con demasiadas tareas, acabarás sintiéndote impaciente, lo que a su vez afectará a tu capacidad de concentración de forma negativa. Es posible que intentes hacer varias cosas a la vez, lo que es aún peor.
Muchas personas se enorgullecen de su capacidad para realizar varias tareas de forma simultánea. Sin embargo, la multitarea está sobrevalorada. En realidad, es mejor tener la capacidad de concentrarse en una sola tarea cada vez. Esta capacidad te ayudará a mejorar tu concentración y productividad.
La presión de tener que llevar a cabo demasiadas tareas también hará que seas mucho más susceptible a las distracciones. Además, podría empujarte a un pozo de procrastinación continua, que es el colmo de la contraproductividad, y una forma segura de sufrir bloqueo del escritor.
Cosas a tener en cuenta
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Nuestros esfuerzos para mejorar nuestra concentración, pueden estar impulsados por toda clase de ideas falsas e incorrectas sobre la misma. Nuestro impulso a ser productivos, junto con nuestras ideas acerca de cómo deberíamos concentrarnos pueden ser un obstáculo importante para mejorar la concentración.
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Abandona la idea de cómo supuestamente tendrías que concentrarte y comienza a observar el punto en el que estás en cada momento. Aquello que observas en cada momento te servirá para crear un mapa más real, que realmente te guie.
Cosas que puedes hacer para mejorar tu concentración en el trabajo
Descansos
Puede que te sorprenda, pero tomar frecuentes descansos cortos tiene un efecto mucho más positivo que las pausas largas. Programa tu alarma en intervalos de 90 minutos y descansa 5-10 minutos. Importante: no dediques esos descansos a revisar tu teléfono celular.
Mira un objeto
Para concentrarse en el trabajo busca algo que te llame la atención en tu escritorio, cualquier cosa, y fija tu atención en él. Obsérvalo durante dos minutos sin pensar en algo más, sin analizarlo ni interpretarlo. De esta forma, estarás centrándote por un tiempo corto en algo sin importancia, quitando de tu mente las distracciones que están afectando tu trabajo.
Cinco minutos
Cuando llevas mucho tiempo en lo mismo, y tu cerebro ya no quiere más guerra pero te falta poco para terminar, lo mejor que puedes hacer es olvidar la meta final y poner objetivos pequeños. Si tu tarea se puede dividir, proponte avanzar de cinco objetivos a la vez. Si no se puede, opta por fijar un objetivo de trabajar duro cinco minutos.
Establece metas diarias
Lo mejor que puedes hacer si se te avecina un día cargado de quehaceres, es hacer una lista con las cosas a realizar e ir tachándolas durante la jornada. Si sientes que estás agobiado porque te da la sensación de que todo ese trabajo se te viene encima, una manera de poder saciar esa ansiedad es volviendo a repasar tus metas del día. Es una manera de establecer orden conceptual y racional en tu cabeza que está llena de emociones en un momento de estrés máximo.
Esos hábitos van a hacer que tengas una mayor concentración y satisfacción porque si te planteas objetivos realistas y haces tus pausas, los vas a cumplir y te vas a sentir mejor. Es muy importante tener unos hábitos físicos y mentales saludables: dormir las horas necesarias, alimentarse adecuadamente, regular bien las emociones y evitar la multitarea porque no permite una buena concentración y cansa más.
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