En el mundo empresarial no podemos considerar la contabilidad y fiscalidad como dos especialidades diferenciadas. La consideración de ambos campos como elementos no relacionados puede inducirnos a error fácilmente. Y esto en el mundo real, puede provocar grandes errores a nivel de negocio.
La presentación de declaraciones y el pago de impuestos es una de las tareas fundamentales dentro de cualquier negocio. Sobre todo porque cualquier empresa o autónomo está obligado al pago de una serie de impuestos. Obligaciones que, por otra parte, son periódicas e inamovibles y de cuyo control dependerá en buena medida el éxito o no del negocio.